La inteligencia artificial como aliada para afrontar la soledad no deseada en personas de generación Z y alfa
Descripcion:
La soledad en las personas de la generación Z (1997-201 O) y Alfa (desde 201 O) se origina principalmente de la sensación de no pertenecer, más que en la falta de vínculos. Comparar su propio progreso con el de sus pares o cuando perciben que no alcanzan los estándares sociales de éxito, genera desconexión emocional, que se intensifica aún más en personas con discapacidad, debido a la necesidad de verse forzados a exponer y justificar su situación personal y no sentirse comprendidos. La barrera no está tanto en la comunicación, sino en la carga emocional que implica tener que justificarse. La inteligencia artificial generativa (IAG) se integra de manera natural en la vida cotidiana como aliada, que viene tanto a cubrir como a complementar las necesidades psico-emocionales de los jóvenes, no como sustituta de la conexión humana. Se utiliza para estudiar, organizar tareas y crear contenido, además de mediar en debates aportando información y perspectiva. En momentos de soledad, algunos la usan como espacio de desahogo o reflexión, valorando su capacidad para escuchar sin juzgar. Sin embargo, reconocen sus límites: la IA no reemplaza la empatía ni garantiza comprensión emocional o privacidad. Simultáneamente, la investigación que se realizó en este estudio sobre políticas internacionales de bienestar digital infantil evidenció que las principales empresas tecnológicas mantienen un enfoque centrado en transferir la responsabilidad del uso seguro de sus plataformas a los tutores legales. Tras diversos casos con consecuencias negativas para menores, estas compañías han incorporado nuevas funciones de control parental, además de recursos informativos y educativos que buscan fortalecer la capacidad de supervisión y comprensión de los riesgos digitales por parte de las familias. Como resultado de este análisis se considera necesario que las regulaciones internacionales evolucionen hacia un modelo más equilibrado, donde las empresas privadas asuman una responsabilidad directa y verificable en la seguridad digital de los menores, evitando que la carga recaiga exclusivamente en padres y tutores. Se infiere en que la IAG actúa como herramienta de acompañamiento y mediación emocional, facilitando el aprendizaje, la organización y la expresión personal. Su valor reside en ampliar las posibilidades de comunicación y contención emocional, especialmente frente a la soledad derivada de la falta de pertenencia o comprensión genuina, sin sustituir la conexión humana.