La teoría que aquí se elabora se opone categóricamente a las tesis de Sapi-Whorf, de acuerdo con las cuales es el lenguaje el que determina el pensamiento. Se demuestra, por el contrario, que el lenguaje proviene del pensamiento, fuente única de conceptos. Sin éstos, nuestro universo sería el dominio ilimitado de los nombres propios: una Babel de infinitas diferencias. La teoría se pone a prueba a partir del examen de dos dominios: la memoria y el relato. La memoria se estructura en torno de los conceptos, los únicos elementos que pueden ser jerarquizados y, por tanto, retenidos a largo término. La investigación del relato permite observar, por la mediación del mito, el rol fundamental de los conceptos recurrentes o invariantes. La variable y la invariante, elementos omnipresentes en el mito y en la memoria, coexisten en el nombre y constituyen la base del Principio de Interdependencia aquí propuesto. Se proveen, a partir de una base semántica, los fundamentos de una nueva gramática universal.