Descripción:
A pesar de que la mortalidad asociada al virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) se ha reducido notablemente en las últimas décadas, las personas con VIH (PVIH) presentan una elevada carga de morbilidad. El tiempo transcurrido desde el diagnóstico, la toxicidad acumulada de los primeros fármacos antirretrovirales, la inmunosenescencia, y el estigma y la discriminación asociados al VIH son factores que impactan en la salud y la calidad de vida de las PVIH, especialmente en la esfera psicosocial y la salud mental. Estas afectaciones pueden comprometer significativamente la funcionalidad de algunas PVIH en la sociedad, particularmente de los llamados supervivientes de largo recorrido, es decir, aquellas personas diagnosticadas antes de la aparición del tratamiento antirretroviral de gran actividad en 1997. Por otro lado, la población infantil y adolescente con infección por VIH también se ha beneficiado de los tratamientos antirretrovirales, lo que ha mejorado su supervivencia y reducido la morbilidad asociada; sin embargo, sigue siendo una población vulnerable que, debido a la infección crónica y sus consecuencias en el organismo, la calidad de vida y la salud mental, puede requerir recursos y apoyo en distintas esferas de su vida.
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