El eterno femenino es una introducción, vertiginosa y seductora, al mundo de Fernando Márquez, El Zurdo, un cosmos cargado de referencias que reformula hasta convertirlas en argumentos perfectamente trenzados y personales. Por un lado, Mary Ann, un exabrupto literario que rebosa fuerza y provocación, toda vez que revela las dotes del autor como un novelista heterodoxo y apóstata de convencionalismos. En ella nos presenta a una heroína capaz de atrapar al lector en una atropellada y fulminante trama que compagina momentos delirantes con otros de una asombrosa lucidez.